Los hermanos Albarracín fueron a la universidad para satisfacción de sus padres, porque su verdadera vocación es hacer música. Efraín (28 años), Edwin (25 años) y Fernando (18 años) cambiaron sus estudios de economía y administración de empresas por tiples, requintos y guitarras.
"Empezamos a cantar desde pequeños en la casa y buscando un buen escenario musical, descubrimos la esencia de los copleros campesinos boyacenses", comenta Efraín, el mayor de los hermanos que conforman el grupo San Miguelito, el cual rescata los sonidos de la carranga y los fusiona con la estridencia de la guitarra eléctrica y la fuerza de la batería.